Después de tanta información en los últimos tiempos sobre la crisis financiera, esta mañana he tenido un contacto con la crisis real:
Luis es un ecuatoriano al que conozco desde hace cuatro años, él vino a España hace aproximadamente 7 u 8 años, primero como es habitual vino él sólo y desde hace unos cinco años vino su familia (esposa y dos hijos), Luis trabajaba en el sector de la construcción y cuando su familia llegó a nuestro país, optó por comprar una vivienda, dónde vivir todos juntos y para ello adquirió una vivienda humilde pero confortable.
Luis es un ecuatoriano al que conozco desde hace cuatro años, él vino a España hace aproximadamente 7 u 8 años, primero como es habitual vino él sólo y desde hace unos cinco años vino su familia (esposa y dos hijos), Luis trabajaba en el sector de la construcción y cuando su familia llegó a nuestro país, optó por comprar una vivienda, dónde vivir todos juntos y para ello adquirió una vivienda humilde pero confortable.
A principios de este año, cuando la burbuja inmobiliaria ya había estallado, perdió su trabajo, desde entonces ha estado buscando trabajo, primero en su sector y después en lo que saliera, sé y me consta que se ha esforzado mucho en encontrar trabajo, el subsidio del paro se terminó en Agosto, y ahora subsisten con los trabajos esporádicos en la naranja y los pequeños ingresos de su mujer como empleada de hogar, la hipoteca es de 700 euros y además debe de hacer frente a los gastos normales de luz, agua, alimentación, colegio, etc...
No he podido abstraerme de su problema y desde esta mañana no dejo de pensar en él y he remitido varias demandas de trabajo por internet, ahora bien con pocas esperanzas.
Luis no quiere caridad sólo encontrar un trabajo con el que pueda llevar adelante a su familia, y allí es dónde deben de entrar los responsables económicos y políticos, que han invertido o van a invertir ingentes cantidades de dinero en el Sector Financiero, pero que no deben de dejar de lado al sector productivo y de servicios para que dramas como el de Luis se solucionen y que no se vuelvan a producir.
He pensado en contaros esta pequeña historia porque como decía Rochefoucauld “Es más fácil conocer al hombre en general que a un hombre en particular”,