domingo, 18 de enero de 2009

El autobús de Dios

Desde hace un par de semanas en los medios de comunicación se han instalado dos autobuses, uno defendiendo la existencia de Dios y otro probablemente de su no existencia, el debate como está planteado no vale para nada, en un debate de estas características no se va a convencer al no-creyente de la existencia de Dios como al creyente de su no-existencia, en los medios se ha enfocado sobre la libertad de poner en paneles publicitarios algo tan íntimo como puede ser esto, no obstante si los teistas lo están diciendo en cualquier momento porque no los ateos, aunque a mi particularmente me parezca estéril.

Pero a partir de esta situación he pensado sobre un tema que siempre me ha preocupado, como no del agnosticismo.

El teólogo valenciano Miguel Lluch, considera que las personas se declaran ateas por puro mimetismo social, tesis que en muchos casos será así, en lo que no estoy de acuerdo es en lo que opina sobre los agnósticos: “¡Es tan cómodo decir que sé es agnóstico! No se tiene que pensar ni argumentar “, “Decir que no sabemos nada de Dios y que puede que exista o que no, pero que no pasa nada y de hecho, se puede vivir como si no existiera

Pero una postura muy parecida tenemos entre los ateos, es frecuente oir  “los agnósticos son  en realidad ateos que tienen miedo de declararse como tales, o "los agnósticos son personas superficiales e inseguras que no son capaces de decidirse en forma racional por el ateísmo”. Luis de Wohl, decía “ "Muchas veces me he preguntado si usted seguiría llamándose a sí mismo agnóstico, si supiera que esta palabra no quiere decir otra cosa que ignorante".

 El agnóstico lo tiene más difícil que nadie, pues siempre se está siempre planteando la existencia de Dios, tiene una situación muy incómoda, mientras piense que Dios puede existir, no dejará de buscarlo y vivir esa situación produce desazón, en mi opinión el agnóstico puede tener dos posturas una como no podemos demostrar que Dios existe:  El agnóstico sería tal vez un ateo que no se atreve a manifestar su ateismo, pero tenemos otra postura la creencia ha de basarse en la fé y por tanto un agnóstico puede ser creyente, así que en este caso tenemos dos posturas que partiendo de una misma tesis, se llegan a puntos distintos.

 Estoy seguro que para esto hay millones de  opiniones, pero en este caso estamos hablando de creencias íntimas que pertenecen a cada uno, y no sabría decir cuál de ellas es la mejor, ahora bien el agnóstico en las dos vertientes que he manifestado de lo que si estoy seguro es que es mucho más abierto a las dos posturas enfrentadas,  la del creyente recalcitrante o el ateo convencido (que también hace un acto de fé)