martes, 18 de agosto de 2009

Estilo directivo


En la actual situación de crisis económica, aparecen con mayor virulencia los jefes autoritarios, y muchas empresas se olvidan de la “Responsabilidad Social Empresarial o Corporativa”, tal vez porque la aplicación de las directrices anteriores no ha evitado el fracaso en su gestión empresarial.

Pero estos directivos autoritarios tienen unas consecuencias nefastas en las relaciones con sus subordinados, se obsesionan en que las cosas han de hacerse como ellos dicen, anulando completamente la iniciativa y la creatividad, creando personas resentidas con la empresa a la que pertenecen y alejándose estas de forma real y emocional de los objetivos empresariales.

Tal vez esto sea consecuencia de sus propias limitaciones intelectuales o simplemente residuos culturales del franquismo, lo que si que es verdad es que este estilo de dirección se puede contagiar entre los subordinados, que a su vez son jefes de otros subordinados, extendiéndose este estilo y creando un clima laboral completamente hostil con la empresa que trabajan, demostrando su propio fracaso por no haber conseguido una autoridad basada en el respeto y el reconocimiento de los subordinados.

Pero en un sociedad democrática estos estilos de dirección fascistas están condenados a medio plazo al fracaso más absoluto, por el clima laboral que promueven, desmotivando al personal de la empresa , lo que está en contradicción con los objetivos de la empresa.

Un buen amigo los llama “elementos tóxicos”, que además han de desaparecer lo más rapido posible de los organigramas empresariales, por su propio bien, y exigir a las empresas por una vuelta a la “Responsabilidad Social Empresarial o Corporativa”, que tan de moda se había puesto y que les dará con toda seguridad mejores resultados.